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jueves, 27 de marzo de 2008

LA CONCEPCIÓN DEL AMOR DE JOSÉ MARTÍ [continuación...]


Publicado en: Lumieira, Revista Galega de Pastoral, A Coruña (Galicia), 2006, vol XXI, Nº 58-59, pp. 163-172

MSc. Jesús Armando Martínez Gómez
Diplomado en Bioética


Amor sexual

Martí no se limita a incursionar en el tema del amor en una dirección pública, buscando sentar las bases para la formación moral del revolucionario. Su reflexión cala profundo las relaciones privadas humanas y, sobre todo, la más compleja de ellas: la del amor sexual.
Comprende desde temprano que se necesita educar a las nuevas generaciones para que encaren con responsabilidad sus relaciones sexuales y filiales.

Siente la necesidad de expresar sus ideas cada vez que se le brinda la ocasión, persuadido de que la educación no puede ser reducida a la mera instrucción, ni a la propagación por la enseñanza de modos de aprender a leer y escribir (19). A diferencia de la instrucción, que se refiere al pensamiento, la educación lo hace con respecto a los sentimientos, de ahí que ambas deban vincularse en la formación del hombre (20). "No hay buena educación sin instrucción -señala. Las cualidades morales suben de precio cuando están realzadas por las cualidades inteligentes" (21).
Como se puede ver, su proyección es francamente axiológica, aunque no utilice el término. Se trata de que los hombres crezcan espiritualmente para que mejoren en humanidad a través de la estimación e interiorización de los valores morales.

A amar también se aprende y el hombre, según él fiera domesticada (22), debe aprender a amar. Y, ¿qué es el amor sexual para Martí?. Su obra es rica en valoraciones que nos ayudan a entenderlo. Martí nos alerta, primero sobre lo que no es el amor. "No es amor -dice- ese zumbido estúpido con que revolotean tantos necios alrededor de las mujeres. No es amor ese deseo de los ojos que quema con su ardor la pureza del alma, que incautamente los mira", ni la necedad de los presuntuosos, ni las vanidades de la mujer, ni los apetitos de la voluntad" (23). Tampoco es amor la "amistad acrecida por las seducciones sexuales -que no es lo mismo que sensuales y que puede tener una acepción honesta" (24). Y acalara en un sentido positivo: "El amor es superior a la amistad en que crea hijos. La amistad es superior al amor en que no crea deseos, ni la fatiga de haberlos satisfecho, ni el dolor de abandonar el templo de los deseos saciados por el de los deseos nuevos" (25); además, la primera tolera la libertad de criterios y este en cambio llega a arrebatar o cuando menos, conmover esa libertad porque consiste en "la devoción de todas las facultades a un sólo objeto de un sexo distinto" (26). En otras palabras, "Amor es la adhesión incondicional que un individuo de un sexo siente respecto a un individuo del otro" (27).

Según lo planteado, hay dos aspectos esenciales a tener en cuenta cuando de amor se trata: primero, que la adhesión de un amante al otro debe ser incondicional; y segundo, que el amor sexual sólo tiene cabida entre personas de sexo opuestos (28). Pero, ¿cuál será entonces la naturaleza de la adhesión amorosa?. "Creen las mujeres con error -dice- y creen los hombres, que una vez dada la gran prenda, la prenda del cuerpo -el beso sacudidor- todo está dado y todo conseguido. ¡Oh!, ¡no! El alma es espíritu y se escapa de las redes de la carne: es necesario conquistarla con espíritu" (29). De ahí que exprese:

Amor es que dos espíritus se acaricien, se entrelacen, se ayuden a levantarse de la tierra en
un sólo y único ser: nace de dos con regocijo de mirarse,alienta con la necesidad de verse; cre-
ce con la imposibilidad de desunirse; no es torrente, es arroyo; no es hoguera, es llama; no es
ímpetu, es ternura, beso y paz (30).

La sustancia del amor es espiritual y no material y es la resultante cualitativa a que conduce la atracción sexual racional entre los que se quieren. La concepción martiana del amor apunta a que el hombre no debe sucumbir a sus instintos; sino sujetar sus apetitos corporales a los valores morales. Sin moralidad no puede haber verdadero amor, porque se necesita ser bueno para amar y sólo quien ama puede desarrollar la capacidad de perfección moral.

La simple atracción no es amor, es deseo y los que pretenden amar deben ir mucho más allá de desear. ¿Por qué? Tal vez la respuesta la da cuando dice: "El deseo se sube al cerebro como el vino. Ciega y afiera. Se ha de desconfiar de los primeros impulsos del amor, generados casi siempre, aunque purificados muchas veces por una impresión física" (31). Las personas que se van a casar deben tener en cuenta lo anterior, siendo como debe ser el matrimonio, una obra de infinito amor. Por ello señala:

Se da por base del amor un elemento que en el matrimonio no es capaz de sostenerlo: la sim-
patía física. La rápida impresión externa preside, casi exclusivamente, a las vehementes ex--
presiones y graves promesas que se han hecho condiciones indispensables del amor. Y ¡hay
tanta diferencia de gustarse a amarse! Debe hacerse -salvo malicia- lo que hacen ciertos
indios del estado de Veracruz -tomarse a prueba. Vivir bajo el mismo techo. Ir juntos al arro-
yo. Cargar juntos la leña. Oírse y conocerse. Y si la simpatía definitiva de las almas no sancio-
na la atracción pasajera de los cuerpos -separarse. El equilibrio entre las condiciones de los
cónyuges y su mutuo conocimiento, son en el matrimonio las únicas condiciones de ventura -
lo demás es jugar la vida a cara o cruz (32).

Martí critica las uniones concertadas en las que se pasa al matrimonio sin conocerse, con la premura que alimenta el deseo de los novios o de sus padres, por considerar que se anula en ellas la posibilidad de que nazca el amor (33) y se lamenta de que "Empiezan las relaciones de amor en nuestra tierra por donde debieran terminar" (34).

El conocimiento al que hace referencia es el de la persona humana. el de los valores en que ésta se vertebra. Si no hay compatibilidad axiológica, es decir, equilibrio entre la moralidad de uno y otro miembro de la pareja, no se podrá lograr un verdadero matrimonio. Y en la escala de valores, que deben servir de base al edificio del amor para que sea perdurable, Martí destaca uno: la fidelidad. "En la pintura, como en el amor -dice- el más grande y singular mérito es la fidelidad"(35). Y es que, según Martí, "El amor no es más que la necesidad de la creencia: hay una fuerza secreta que anhela siempre algo que respetar y en qué creer" (36). Sin la creencia en el otro, la reciprocidad del sentimiento amoroso, es imposible el amor. Si falla la fe, se pierde el respeto que es base del afecto. "Por el respeto entra el amor: a quien se desdeña no se puede querer" (37) -dice- porque está convencido de que el amor surge y se sostiene en la moralidad.

Entre las cualidades morales del amante destaca la dignidad. "Quien pida amor ha de inspirar respeto" (38) -señala- y añade que "El que pida una migaja de amor ha de lisonjear el inmarcesible decoro humano, la inmoral esperanza" (39). La dignidad debe mantenerse ante el fracaso amoroso e incluso al romper una relación debido a los engaños de la pareja. Por eso asevera: "Si una amante te engaña, perdónala sin olvidarla, que el recuerdo de un amor perdido educa el alma en la hermosa enseñanza del dolor" (40). Desprecia a los hombres que matan a la mujer que los engaña, por considerar que es un miserable aquel "cuyo amor resiste el engaño de la mujer a quien ama" (41) y no se da cuenta que al ser engañado ya la mujer dejó de reunir las cualidades morales que la hacían digna de su amor (42). Quienes así actúan confunden amor con deleite físico y no se deben engañar los sentidos, porque "se ama el perfume y no el ánfora; se ama por el alma y por el cuerpo, más no por el cuerpo si no está como velado, aromado, embellecido, entibiado por el alma" (43).

Es consciente de que amar implica sacrificio y que hay que sortear obstáculos en el amor. Tal vez por eso dice: "El amor es una rosa al revés, porque tiene las espinas dentro" (44) y que el amor "hiere y saca sangre a los hombres para amasar con ella los cimientos de su felicidad" (45). Como táctica para mantener el amor sugiere la constancia en la entrega. "El amor es una fiera -expresa-, que necesita cada día alimento nuevo" (46); por eso piensa que "Hay una palabra que da idea de toda la táctica del amor: rocío-goteo. Que hay siempre una perla en la hoja verde:-Una palabra en el oído, una mirada meciente en nuestros ojos; en nuestra frente, un beso húmedo" (47). Pero no es "con palabras" como se logra el amor, sino "con explosiones" porque "Así es como el alma humana se levanta de la desconfianza a la creencia" (48).

Sin embargo, a pesar de las espinas, vio Martí siempre ventajas en el amor. Son innumerables las frases con que nos transmite ese sentimiento:

  • "...el sufrimiento es menos para las almas que el amor posee" (49).
  • "Las dificultades se resuelven mejor entre los que se aman, que entre los que no se aman" (50).
  • "...la capacidad de amar, única que hace al hombre grande y feliz" (51).
  • "...la única ley de la autoridad es el amor" (52).
  • "...sentirse amado fortalece y endulza" (53).
  • "La capacidad de amar es el verdadero pergamino de nobleza de los hombres..." (54)
  • "Sólo una llave abre las puertas de la felicidad: el amor. No sufre quien ama, aún cuando sufre, porque del alma a quien devora el amor a los hombres, surgen como una copa de incienso que se quema, aromas embriagadores" (55).
  • "Sólo el amor construye" (56).

A modo de conclusiones

Martí vivió convencido de que la "única verdad de esta vida y la única fuerza es el amor"(57), al que le atribuyó el poder de salvar y construir. En su concepción, el amor no es válido si no es moral y la virtud no se sostiene al margen del amor. Por eso sus ideas sobre la moral y el amor coexisten en un mismo universo axiológico, en el que se acrisolan lo ético y lo afectivo.

Para el Apóstol cubano, las relaciones sexuales adquieren cerdadero sentido humano cuando nacen presididas y se desarrollan a través del sentimiento amoroso, que brinda a los que se quieren la oportunidad de crecer espiritualmente al amparo del afecto que sienten. Sostuvo que quien se ama verdaderamente se hace bueno y enriquece su vida con el cúmulo de valores que logra afianzar con su amor.

Enamorado de la vida, probó con su muerte la fe en sus ideas. Con amor enfrentó las duras pruebas que le deparó su existencia y eligió el camino más difícil, pero más decoroso: el de la lucha por la redención plena del hombre. En la dfensa de sus ideales llegó hasta el martirio, atestiguándonos que "el amor, como un sol que es, todo lo abrasa y funde" (58). No puedo concluir su obra, que hoy -con ese mismo sol- ilumina nuestro universo moral, exhortándonos a que eduquemos a nuestros hijos en los principios de una sexualidad verdaderamente responsable.


REFERENCIAS

(19) Cf. MARTÏ, J. Prólogo a "Cuentos de hoy y de mañana", de Rafael de Castro Palomino. Obras Completas, Op. cit., t. 5 p. 102.

(20) MARTÏ, J. "Educación popular". Obras Completas, Op. cit., T. 19, p. 375.

(21) Ibídem.

(22) Vid. Martí, J. "Carta de Nueva York", en La opinión Nacional, Caracas, 26 de diciembre de 1881. Obras Completas, Op. cit., t. 9, p. 165; MARTÍ, J. "Carta de Nueva York, en La Opinión Nacional, Caracas, 4 de marzo de 1882. Obras Completas, Op. cit., t. 9, p. 255; Cf. MARTÏ, J. (1983). "Correspondencia particular de El partido liberal". México, 4, 5, 6 de noviembre de 1886. Otras Crónicas de Nueva York, 2ª edición, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, p. 74; y MARTÍ, J. "carta de José Martí", en El Partido Liberal, México, 17 de diciembre de 1891. Obras Completas, Op. cit., t. 12, pp. 503-504.

(23) MARTÍ, J. Drama "Adúltera", 1ª versión, Madrid, 1872´Zaragoza, febrero de 1874. Obras Completas, Op. cit., t. 18, p. 48.

(24) MARTÍ, J. "Cuadernos de apuntes". Obras Completas, Op. cit., t. 21, p. 114.

(25) MARTÍ, J. "Emerson", en La Opinión Nacional, Caracas, 19 de mayo de 1882. Obras Completas, Op. cit., t. 13, pp. 18-19.

(26) MARTÍ, J. "Cuadernos de apuntes". Op. cit., p. 114.

(27) Ibídem.

(28) En la definición martiana no hay intención de discriminar a los que mantienen relaciones homosexuales. Para entender su planteamiento hay que ubicarse en el contexto histórico en el que vivió, en la segunda mitad del siglo XIX y en el hecho de que definió el amor tal y como él lo sentía.

(29) MARTÍ, J. "Cuadernos de apuntes", Op. Cit., pp. 129-130.

(30) MARTÍ, J. Drama "Adúltera", 2ª versión incompleta. Obras Completas, Op. cit., p. 93.

(31) MARTÍ, J. "Fragmentos". Obras Completas, Op. cit., t. 22, p. 326.

(32) MARTÍ, J. "Cuadernos de apuntes", Op. cit., p. 223.

(33) Cf. MARTÍ, J. (1993): "Carta a su hermana Amelia", [Nueva York], enero de 1882, Epistolario, La Habana: Centro de Estudios Martianos y Editorial de Ciencias Sociales, t. I, pp. 223-224.

(34) Ibídem, p. 224.

(35) MARTÏ, J. "Mario Fortuny", The Sun, Nueva York, 27 de marzo de 1881. Obras Completas, Op. cit., t. 28, p. 127.

(36) MARTÍ, J. "Cinco de mayo. Estudiantes. Memoria rara. Fiesta de Tlalpan", en Revista Universal, 7 de mayo de 1875. Obras Completas, Op. cit., t. 6, p. 195.

(37) MARTÍ, J. "La cronología Prehistórica de América", en El Economista Americano, Nueva York, agosto de 1887. Obras Completas, Op. cit., t. 8, p. 341.

(38) MARTÍ, J. "Versos de circunstancias", 27 de julio de 1885. Obras Completas, Op. cit., t. 17, p. 193.

(39) MARTÍ, J. "Crece", en Patria, Nueva York, 5 de abril de 1894. Obras Completas, Op. cit., t. 3, p. 119.

(40) MARTÍ, J. Drama "Adúltera", 1ª versión. Op. cit., p. 33.

(41) MARTÍ, J. "Cuadernos de apuntes", Op. cit., p. 333.

(42) Cf. Ibídem.

(43) Cf. Ibídem.

(44) MARTÏ, J. "Cuadernos de apuntes", 1894. Obras Completas, Op. cit., t. 21, p. 407.

(45) MARTÍ, J. "Libro nuevo de José Miguel Macías", en Patria, Nueva York, 8 de septiembre de 1894. Obras Completas, Op. cit., t. 5, p. 241.

(46) José Martí: "Cuadernos de apuntes". Obras Completas, Op. cit., t. 21, p. 114.

(47) Ibídem.

(48) MARTÍ, J. "La hija del Rey", en Revista Universal, México, 29 de abril de 1876. Obras Completas, Op. cit., t. 6, p. 432.

(49) MARTÍ, J. "El poeta Walt Whitman", en El Partido Liberal, México. Obras Completas, Op. cit., t. 13, p. 134.

(50) MARTÍ, J. "Cuatro clubs nuevos", en Patria, Nueva York, 14 de enero de 1893, Obras Completas, Op. cit., t. 2, p. 198.


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