RETOS DE LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL PARA AMÉRICA LATINA. PAUTAS MARTIANAS PARA ENFRENTARLOS
Retos frente a la globalización cultural
¿Que retos deberán enfrentar los pueblos de Ámérica latina de cara al próximo milenio para hacer frente a la globalización y dominación cultural neoliberal? Entre los más importantes se pudieran enumerar:
- Llevar a cabo transformaciones que permitan una distribución más equitativa de la riqueza social. El 20% de la humanidad controla el 83% de los ingresos del mundo y el 20% más bajo -ubicado mayormente en los países del Tercer Mundo- dispone sólo del 1,4% de estos ingresos (10).
- Crear condiciones para la igualdad de acceso a la cultura, como vía para poder enfrentar con éxito la defensa de la identidad nacional.
- Crear proyectos de desarrollo que no subordinen los logros sociales a la eficiencia económica.
- Luchar por una mayor integración económica y cultural entre los países del área, como base para lograr la independencia económica con respecto a las grandes superpotencias.
- Buscar alternativas públicas que permitan el acceso masivo a los medios más modernos de la informática y las comunicaciones.
- Hacer de la política cultural una de las estrategias de su desarrollo;
- Promover la creatividad y la participación en la vida cultural;
- Reforzar las políticas encaminadas a salvaguardar la importancia del patrimonio tangible y a promover las industrias culturales;
- Promover la diversidad cultural y lingüistica en y para la sociedad de la información:
- Poner mayores recursos humanos y financieros en función del desarrollo cultural (12).
Pautas que aporta el pensamiento de José Martí
Ya Martí se había percatado de la necesidad de retomar el pensamiento y la acción de los grandes próceres, por eso en su artículo Tres héroes ilustra a los niños acerca de cómo deben ser los luchadores de la libertad americana, tomando como modelo a las figuras de Bolívar, San Martín e Hidalgo. "Esos son héroes -dice Martí-; los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad. Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otro pueblo sus tierras, no son héroes; sino criminales" (13).
Sus ideas y acción revolucionaria lo hicieron también acreedor de un lugar cimero dentro de los próceres de la independencia latinoamericana. Por eso su fecundo pensamiento sigue siendo hoy faro que guía a las actuales generaciones de latinoamericanos, a veces perdidas en el inmenso mar de la globalización neoliberal. Martí supo detectar desde su tiempo errores y defectos que debían superar las jóvenes repúblicas latinoamericanas para poder defender su identidad cultural frente a la penetración cultural extranjera. En su ensayo Nuestra América encontramos sintetizados muchos planteamientos de importancia imperecedera que siguen siendo válidos para nuestro tiempo. Ya en esta obra, escrita en 1891, Martí advierte que para impedir la colonización cultural de Nuestra América, se hacía necesario combatir ciertos males:
1- Los que se avergüenzan de vivir en nuestras tierras y reniegan de su origen. Martí habla de ellos en los siguientes términos:
De estos, Martí dice que les falta el valor y son; por tanto, "hombres de siete meses" (15), que niegan, porque ellos mismos no tienen el valor a los demás (16) y nos alerta planteando que nuestros Pueblos Nuevos no han podido ir más de prisa porque de "factores tan descompuestos jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas" (17).
2- Los que pretenden gobernar y desarrollar nuestros pueblos siguiendo modelos foráneos, sobre todo europeos y norteamericanos. Por eso señala: "La incapacidad no está en el país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil; sino en los que quieren regir pueblos originales, de compasión singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia...(18).
Martí es de la opinión de que para gobernara bien hay que conocer los elementos propios del país que se ha de gobernar, del lugar donde -en definitiva- viven gobernantes y gobernados. Esa es la razón de su sentencia: "el buen gobernante de América no es el que sabe como se gobierna el alemán o el francés; sino el que sabe con qué elementos está hecho su país y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo a aquel estado apetecible, donde cada hombre se conoce y ejerce y disfrutan todos de la abundancia que la naturaleza puso para todos en el pueblo que fundan con su trabajo y defienden con sus vidas" (19).
El no tener en cuenta lo anterior da lugar a contradicciones entre los naturales del país y los intelectuales u hombres "cultos" que lo dirigen. "En pueblos compuestos de elementos cultos e incultos -sostiene Martí-, los incultos gobernarán por su hábito de agredir y resolver las dudas con su mano, allí donde los cultos no aprendan el arte del gobierno. La masa inculta es perezosa y tímida en las cosas de la inteligencia y quiere que la gobiernen bien; pero si el gobierno le lastima, se sacude y gobierna ella" (20).
3- La permanencia del pasado en el presente, del espíritu y las injusticias sociales de la colonia en la república.- Los jóvenes gobiernos republicanos, señalaba Martí, heredaron el sistema de desigualdades coloniales -incluyendo las discrepancias raciales-, que no se intentó superar a través de una revolución profunda de la sociedad, que garantizara que todos sus miembros estuviesen representados en el poder, que debía haberse utilizado para unir los elementos de los países y no para atizar sus diferencias a través del incremento de la desigualdad. Esa es la razón por la que expresó que "entró a padecer América y padece de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso" (21). En este sentido la "colonia continuó viviendo en la república" (22).
Para la superación de estos males es necesario, según Martí, revolucionar el pensamiento del hombre americano, de manera que el espíritu de sus pueblos se independice, se haga autónomo.
El maestro se percató de que la terminación del colonialismo en las repúblicas latinoamericanas se logró en el plano político y económico, pero no en el ideológico-cultural. Por eso, los vencedores quisieron semejarse a los vencidos, aplicar sus fórmulas políticas en el continente, lo cual propició después, como demostró la historia, la implantación del neocolonialismo en muchos de estos pueblos.
.........Continuará muy pronto...
REFERENCIAS
(10) López Segrera, F. (2000): Globalización, Cultura y Desarrollo, en: Honda, Revista de la Sociedad Cultural José Martí, Nº 2, año 1, p. 21.
(11) Roberto fernández Biosca: " Violencia cultural vs. cultura de resistencia". Op. cit., p.19.
(12)Ibídem.
(13) Martí, J. "Tres héroes". La Edad de Oro, Nueva York, 1889. Obras Completas, Op. cit., t. 18, p. 308.
(14) Martí, J. (2002). "Nuestra América", en Revista Ilustrada de Nueva York, 1º de enero de 1891, Obras Escogidas en tres tomos, Segunda reimpresión, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, t. II, p. 481.
(15) Ibídem.
(16) Ibídem.
(17) Ibídem.
(18) Ibídem.
(19) Ibídem, p. 482.
(20) Ibídem.
(21) Ibídem, pp. 483-484.
(22) Ibídem, p. 484.

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